Hace algunos meses atrás, mientras me encontraba en una reunión (sin querer) de un amigo pastor y algunos de sus líderes, escuché algo muy interesante: ¿cómo explicar la Trinidad de Dios a un niño?
“¿Has visto un huevo? Un huevo se compone del cascarón, la clara y la yema. ¿Qué sería del cascarón sin clara y yema, o de una clara sin cascarón y yema, o una yema sin cascarón y clara? Cada elemento es importante en un huevo y cumple una función específica. Si faltase alguno de estos elementos no podría eclosionar a algún polluelo. De esta manera, cada componente de un huevo se vuelve fundamental para la vida.
De la misma manera, si quitas un atributo de la Trinidad de Dios, Dios no puede ser Dios.”
Esta es una forma sencilla para aclarar el concepto de Trinidad de Dios a un niño e inclusive, puede servir para explicarlo a aquellos que no creen en un Dios que es trino.
Chaz Chaz – Efrain Alvarado
Entiendo la analogía. El problema es que esta analogía presenta a cada parte como 1/3 de un todo, algo que es contrario a la doctrina de Dios que nos enseña que cada miembro de la Trinidad es completamente Dios, no 1/3 de la divinidad.
Yo prefiero explicar que es maravillosamente misterioso y partir del uso de los credos, particularmente el de San Atanasio.